lunes, 26 de noviembre de 2012

Retratos: Obras maestras del Centre Pompidou


La Fundación MAPFRE expone Retratos. Obras maestras. Centre Pompidou, que puede visitarse en las Salas Recoletos, en el Paseo de Recoletos, 23, en Madrid, desde el 26 de septiembre hasta el 6 de enero de 2013.
La exposición propone un variado recorrido por el género del retrato en los distintos movimientos artísticos del siglo XX, a través de una potente selección de 80 obras maestras de algunos de los grandes artistas que forman parte de las colecciones del Musée National d’Art Moderne-Centre Pompidou (MNAM-CP) de París. Entre los artistas presentes destacan Bacon, Matisse, Robert Delaunay, Antonio Saura, Jean Dubuffet, Joan Miró, Georges Braque, René Magritte, Picasso y Amedeo Modigliani.
La muestra, comisariada por Jean-Michel Bouhours, conservador del MNAM-CP, propone un recorrido cronológico que se inicia con el retrato de Erik Satie, realizado por Suzanne Valadon en 1892-1893,  y finaliza con The Moroccan, de John Currin, de 2001.
Los cinco apartados en que se divide la muestra (Los misterios del alma, Autorretratos, De cara al formalismo, Caos y desorden o la imposible permanencia del ser y Tras la fotografía) son también un recorrido por las movimientos y las técnicas de la pintura del siglo XIX y XX. Un recorrido que va del expresionismo o el fauvismo, al informalismo o al pop art, pasando por el surrealismo o el cubismo.Y en cuanto al aspecto formal vamos igualmente  del oleo a la fotografía  pasando por la escultura de resina de poliéster pintada de Dubuffet.

En 1435 la obra De la pintura de Leon Battista Alberti explica el nacimiento del retrato en el mito de Narciso, enamorado de su propia imagen reflejada en el agua. Y es que las raíces del retrato probablemente se hallen en la prehistoria. El artista moderno se siente atraído por el psicoanálisis y sus aportaciones sobre el subconsciente algo que condicionaría diversas propuestas literarias y plásticas, desde el simbolismo al surrealismo.



Imogen Cunningham

Imogen Cunningham (Oregón 1883- San Francisco 1979), artista centenaria a la que la fundación Mafre dedica una retrospectiva en su sala Azca hasta el 20 de Enero de 2013, es una de las figuras básicas de la fotografía moderna.

Three Dancers, Mills College, 1929
Las imágenes que componen esta vasta muestra nos presentan una artista centrada en el retrato, las flores, los paisajes, el cuerpo humano: la naturaleza en general; además de preocupada por la fotografía de calle y el paisaje urbano. Su obra, impregnada de experimentación, refleja su capacidad para encontrar la belleza en los objetos más comunes y cotidianos.
Imogen comienza su trabajo en fotografía en el año 1901 como estudiante de química fotográfica en la universidad de Washington. En 1909 recibe una beca para estudiar en la escuela superior de Dresde bajo la tutela de Robert Luther, donde realizó un estudio comparativo entre los distintos métodos de la platinotipia.
En 1910, tras su regreso a los Estados Unidos abre su propio estudio en Seattle y obtiene rápidamente reconocimiento por sus retratos. Sus primeros retratos fueron encargos de personajes de la alta sociedad, lo que evidencia el prestigio que la artista se estaba forjando dentro de la comunidad local. Al mismo tiempo estableció sólidos lazos con el mundo artístico de la época y, bajo la influencia de Gertrude Käsebier, creó la mayoría de sus obras de esta época.
En 1931 retrata a Frida Kahlo y la revista Vanity Fair le publica las fotografías de Martha Graham. Comienza a fotografíar a estrellas de Hollywood como Hoan Blondell, Spencer Tracy o Cary Grant, entre otros.
Cary Grant, Actor, 1932
Esta exposición reúne dos centenares de fotografías, provenientes principalmente de su propio legado, el Imogen Cunningham Trust, y de varios museos como el Seattle Art Museum o la George Eastman House, que recorren  su dilatada trayectoria. Es la muestra más completa realizada hasta la fecha sobre esta artista visionaria que participó en la formación del movimiento moderno en fotografía.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Gauguin y el viaje a lo exótico

Mujeres de Tahiti, 1891, París, Museo de Orsay
La exposición temporal que se puede ver en el museo  Thyssen-Bornemisza hasta el 13 de enero de 2013 es "Gauguin y el viaje a lo exótico" tanto es lo que abarca la muestra que no cabe dentro de este epigrafe.
Como bien dice el catálogo de presentación del propio museo  "La exposición aborda tres cuestiones que van encadenándose e interrelacionándose":
  • La primera cuestión que aborda es la fascinación por lo exótico, que sentían los pintores europeos desde el  romanticismo, con "Mujeres en Argel" de Delacroix. Continúa con la intensidad creativa y experimental de Gaugin en los Mares del Sur.
  • La segunda cuestión trata del viaje como escape de la civilización y como salto atrás a los orígenes al primitivismo. 
    El itinerario nos va mostrando un constante diálogo entre Gaugin y otros autores como Henri Rousseau, Max Pechstein, August Macke o Franz Marc para todos ellos la relación con la naturaleza salvaje se convirtió en un modo de escape,  una vuelta a los orígenes.
    La muestra continúa con los pintores que a principios del XX viajaron al norte de África persiguiendo un nuevo lenguaje de luz y color. Entre ellos Kandinsky, Paul Klee y Sonia y Robert Delaunay. 
    Por último el viaje de Matisse a la Polinesia francesa en 1930 cierra el círculo de una exposición que nos muestra lo exótico como la manera de recuperar la inocencia y el auténtico sentido del arte.
  • La tercera, y última cuestión, se refiere a la concepción moderna de lo exótico y sus vinculaciones con la etnografía. Ernst Ludwig Kirchner, Erich Heckel o André Derain estudiaron el arte primitivo en los museos etnográficos, otros, como Emil Nolde (se exponen seis magníficas acuarelas de su serie Nativos) o Max Pechstein, se embarcaron hacia tierras lejanas.
En total  111 obras cedidas por museos y colecciones de todo el mundo como la Fondation Beyeler de Basilea, el Albertina de Viena, el Bellas Artes de Budapest o la National Gallery of Art de Washington y préstamos de especial relevancia como las obras de Paul Gauguin   Dos mujeres tahitianas (1899) del Metropolitan Museum of Art de Nueva York o Muchacha con abanico (1902) del Museum Folkwang de Essen.  

Características del informalismo

Las bases ideológicas del informalismo hay que buscarlas en el nihilismo existencialista de Heidegger y el en propio concepto de acción de Sartre. El informalismo es la negación del logos, una profundización en lo irracional. En palabras de Argan "lo informal no es una corriente y mucho menos una moda. Es una situación de crisis". Esta concepción existencialista está en numerosas obras y en los escritos de muchos artistas informalistas.

A esto hay que unir una filiación vitalista, que en algunos casos procede directamente de la tradición lírico-panteísta representada por las Nymphéas de Monet, y las primeras abstracciones de Kandinsky.

La característica más visible es el empleo de una amplia gama de técnicas y materiales distintos tomados en ocasiones del surrealismo (automatismo) o del dadaísmo (materiales detríticos, collage,...) y en otras producto de la propia investigación (dripping, grattage,...)

El arte informal se caracteriza también por un deseo de desvincularse totalmente de todo lo anterior. El "arte otro" de Tapié suponía, según él mismo, una búsqueda de posturas nuevas y revolucionarias que partirían de la "tabula rasa" propuesta por el dadaísmo.

A este intento de desvinculación responde la búsqueda de escrituras caligráficas de la filosofía y las tradiciones orientales (Zen).

El arte en la postguerra: de París a Nueva York

En los años 40 del siglo XX  Europa pierde la hegemonía sobre el arte y la cultura artística mundial. París, que había sido el lugar de explosión del Cubismo y el Surrealismo, había visto emigrar a sus artistas a Nueva York expulsados por la guerra. Entre los exiliados estaban algunos de los surrealistas más famosos, como Max Ernst, Roberto Matta, Dalí, Masson,... además de André Bretón.

Antes de ellos una primera oleada procedente de Alemania había arribado a América entre 1930 y 1933. La influencia de estos artistas sobre los americanos fue decisiva. A pesar de la crisis, Nueva York tenía los mercados y los círculos artísticos e intelectuales necesarios para conquistar la primacía mundial.

Mientras que en Europa, y concretamente en París, entre 1941 y 1944, el Surrealismo era ignorado, la abstracción estaba prohibida y las mejores manifestaciones artísticas, salvo casos aislados, eran las de los pintores de tradición francesa que se contentaban con la combinación inteligente de las enseñanzas más suaves de los grades maestros como Bonnard, Villon, Braque o Matisse.  En Nueva York, que se había mostrado acogedora y receptiva, se inauguraba la galería de Peggy Guggenheim "Art of this Century", que en su primera exposición apostó por las dos grandes tendencias de la primera mitad de siglo: Surrealismo y Abstracción.
Peggy Guggenheim